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Cucaracho

Cucaracho

A la mañana siguiente, cuando entró la asistenta —daba tales portazos, que en cuanto llegaba ya era imposible descansar en la cama, a pesar de las infinitas veces que se le habían rogado otras maneras —para hacer a Gregorio la breve visita de costumbre, no halló en él, al principio, nada de particular. Supuso que permanecía así, inmóvil, con toda intención, para hacerse el enfadado, pues le consideraba capaz del más completo discernimiento. Casualmente llevaba en la mano el deshollinador, y quiso con él hacerle cosquillas a Gregorio desde la puerta.
        Al ver que tampoco con esto lograba nada, irritóse a su vez, empezó a pincharle, y tan solo después que le hubo empujado sin encontrar ninguna resistencia se fijó en él, y, percatándose al punto de lo sucedido, abrió desmesuradamente los ojos y dejó escapar un silbido de sorpresa. Mas no se detuvo mucho tiempo, sino que, abriendo bruscamente la puerta de la alcoba, lanzó a voz en grito en la oscuridad:
        —¡Miren ustedes, ha reventado! ¡Ahí le tienen, lo que se dice reventado!

Texto: Fragmento de La metamorfosis de Kafka.  Dibujo: En Lanuez

Post by Andrew

2 comentarios

Andrew -

Si, pobre..., Saludos

La Oruga Gritona -

Pobre Gregorio, pobre mundo.